sábado, 14 de mayo de 2016

Entrevista a Leandro Rabindranath León

Entrevista a Leandro Rabindranath León sobre política venezolana

Entrevista a Leandro Rabindranath León sobre política venezolana

Bueno, comencemos por lo obvio: ¿cómo encuentra al país?

Evidentemente nos encontramos en una crisis; yo diría que bastante seria. Uso el adverbio “evidentemente” porque me parece que las evidencias son muy perceptibles: escasez, inseguridad, una intermitencia institucional general (no sólo en el sector público, sino también, aunque en menor medida, en el privado), una inflación que no se detiene, etc. En fin, una especie de intermitencia de la vida cotidiana, que sospecho afecta a la mayoría de los venezolanos, aunque más a la clase media, que le impide, tanto al individuo como a la cultura misma, forjarse una identidad general. Esto no es un fenómeno per se de la sociedad venezolana, pero en nuestro caso es más severo y peligroso.

¿Intermitencia? ¿Cómo se come eso?

Aunque los seres humanos vivimos distintas etapas de la vida, yo diría que en cada etapa existe una especie de continuidad, de situación normal, de rutina pues. Estas circunstancias críticas que acabo de señalar, que creo es preferible leerlas como síntomas y no causas, le impiden a muchos llevar una normalidad dentro de la etapa de su vida. Considera una ama o amo de casa (perdona la redundancia, pero tú me entiendes). Una parte de su rutina podría ser ir al mercado por la mañana para comprar ciertos insumos del almuerzo, luego llegar a preparar el almuerzo, etc. Bueno, en las circunstancias actuales, es prácticamente imposible mantener esta rutina. No sabes si lo que buscas lo encontrarás en el mercado, ni a que precio, ni si será la cantidad suficiente, etc. Luego cuando este personaje regrese a su hogar puede que no tenga gas para cocinar, o que un corte eléctrico haya alterado otras normalidades que le hayan causado un retardo en su trayecto. A este tipo de situaciones es la que asocio con intermitencia y creo que nos sucede a la mayoría.

Me parece comprensible que una persona que alguna vez cultivó una rutina de vida o aspire obtenerla se sienta muy frustrada y hasta desesperada por esa intermitencia. Igualmente me parece comprensible, aunque no siempre justificado, que esa persona exprese esa frustración bajo una variedad de sentimientos negativos: ira, depresión, tristeza, odio, etc.

¿Cómo es eso de los síntomas? ¿Acaso no son esos problemas que señaló de inflación y demás las causas de esta crisis?

Creo que no es fácil verlo. Pero te explico con el ámbito que técnicamente me parece más sencillo de ver, al estilo de pelar una cebolla hasta la última capa: la inflación.

Hoy por hoy podemos decir que la inflación es la causa de muchos problemas, pero cuestiona: ¿qué causó esta inflación? Bueno, en primer lugar una concepción monetaria desconectada del contexto económico mundial en la cual se comenzó a imprimir dinero excesivo sin respaldo sólido. Aunado a eso un aumento grosero del gasto fiscal. Luego sumas un control de cambio perverso en el que tienes varios precios y que funge como una especie de pozo sin fondo: compras a precio preferencial, pero vendes a un precio mayor o incluso a un precio no oficial que es mucho mayor. Luego con la ganancia adquieres de nuevo divisas preferenciales y así ad nauseam. A todas luces eso es insostenible. Ahora suma una pésima administración en las instituciones rayana en la improvisación, sin mucha planificación, sin controlaría. Ponle un conjunto de políticas permanentes, seguro bien intencionadas, por ejemplo la inamovilidad laboral, pero que restringen el margen administrativo y funcional de las instituciones públicas y privadas y tenemos una ineficiencia atroz. Y para colmo, añade la caída de los precios petroleros. A la luz de todo esto, me parece muy evidente la inflación. Y ojo, no había mencionado el dolo.

Ahora bien, creo que cuando desentrañamos más estas causas que vengo de señalar para el síntoma llamado inflación, caemos en una concepción del hombre que a mi juicio es completamente contradictoria con el socialismo. Y aquí sí creo que estamos más cerca de la médula. Sin negar la pretensión socialista de este gobierno, la presencia de personas que lo comprenden, algunas políticas y reivindicaciones de corte socialista, yo creo que este gobierno puede ser muchas cosas, pero en la sustancia no es socialista, pues ha exacerbado a un hombre ultra consumista muy dependiente de un modo vida capitalista.

¿Por qué ese tipo de hombre? ya allí yo piso terreno blando. Yo propondría que se trata de una concepción utilitarista de la felicidad. Al principio de este proceso, ya hace bastante años, mucho antes de que otros se adentrasen a su estudio, un colega que respeto bastante observó el objetivo ultimo de Jeremy Betham sobre “la mayor felicidad para el mayor número”. Si la felicidad se cuenta por bienes materiales y placeres, entonces eso explicaría algo el frenesí del gobierno actual por que tengamos bienes materiales y disfrutemos placeres. Hay varios ejemplos. Pero para mí uno de los más emblemáticos es el automóvil. Por allí en el 2000 se pensaba que todos tenían derecho a tener su automóvil propio y en consecuencia se promovió la adquisición individual. Pero el gran problema de esa política es que no ayuda a que opere un cambio de conciencia. Más bien refuerza una conciencia capitalista e individualista. Si en lugar de eso el gobierno hubiese consagrado sus mayores esfuerzos en forjar una institución de transporte público eficiente, pulcro, seguro y para todos, entonces no sólo habría mejorado sustancialmente la vida ciudadana, sino que habría tenido mejores posibilidades de cambiar la conciencia colectiva hacia el socialismo. Y una política de ese tipo no era una revelación difícil, pues una de los atributos del socialismo es el cultivo de los bienes colectivos, los que hoy connotamos como públicos.

El gobierno hizo lo opuesto a lo público. “Mejoró” el hedonismo de la clase media y convirtió en hedonista a una parte de las clases menos favorecidas. Yo creo sinceramente que lo hizo con la mejor de las intenciones, pero los resultados están allí y no son alentadores.

¿Pero de ser eso cierto no se le atribuiría más bien al Presidente Chávez?

Seguro, claro que sí. Chávez es el primer responsable de esa política.

Pero en rigor a la honestidad, hay que aclarar tres cosas sumamente importantes. En primer lugar, cuando Chávez inicio aquellas políticas él no tenía suficiente prospectiva para conocer su derrotero. En segundo lugar, mucho más importante, Chávez estaba consciente de que había que hacer algunos reparos históricos hacia las clases bajas hijas de los campesinos desterrados entre finales del siglo XIX y una parte del XX. Esas clases, que eran invisibles para la sociedad, no sólo estaban enajenadas de la mayoría de posibilidades y oportunidades de desplegar humanidad en esta época, sino que no tenían casi participación en una idea productiva moderna o, quizá mejor dicho, en la idea productiva de Chávez. Y aquí llegamos al tercer punto: en un sistema productivo “moderno”, incluido el de Chávez, pensemos en uno de esos que le atribuiríamos a uno de esos países que tildamos de desarrollados, no sólo esas personas no tienen cabida, sino que con muchísima probabilidad no puedes alcanzar esa idea productiva moderna sin el concurso de esas personas.

Se me viene a la mente un caso de hace unos 26 años, cuando se creó el programa de promoción del investigador (PPI). En ese entonces la UNESCO recomendaba, creo que no muy fundamentado, al menos un investigador por cada 1000 habitantes. Así que el objetivo cuantitativo del PPI habría podido ser alcanzar la cifra de 30000 investigadores. Ajá, pero en ese entonces tenías un país en el cual sólo el 20 % de la población, o sea 6 millones de personas tenía acceso a una educación que alguna vez le permitiese devenir investigador. Con ese sector entonces tenías que arreglártela para tener 200 investigadores por cada 1000 habitantes, un número que sospecho no tiene ningún país. Así que el PPI estaba condenado al fracaso, punto; no había que ser muy inteligente para saberlo. Pero además, la investigación es apenas una parte de un sistema social; hay mucho más ámbitos dónde encontramos situaciones como esta. Por estos días se habla mucho de Empresas Polar como la principal empresa alimentaria del país, pero una parte innegable y tajante de la realidad es que esta empresa no siembra ninguno de sus insumos ¿cómo es posible entonces que en el vulgo venezolano se le considere alimentaria?

Bueno, Chávez entendía muy pero muy bien estas circunstancias y no sólo pensaba estratégicamente sino efectivamente. Él tenía la capacidad para comprender y aceptar que el PPI o el modelo manufacturero de la Polar estaban errados, que eran caminos imposibles para la construcción de un estado productivo. Él no sólo supo que la investigación estaba prelada por el forjado de un sistema educativo para todos, sino que para poder llegar a ese estado de investigación, tenía que incorporarse a toda la población. Del mismo modo, él también entendió muy bien que la autonomía alimentaria comenzaba por la agricultura autóctona.

En síntesis, hay que admitir que Chávez ha sido responsable de esta crisis. ¿Pero culpable? Eso es otra cosas! Él tuvo que enfrentar pacíficamente, sin violencia, a una miríada de fuerzas contrarias, muy enemistosas y violentas, dispuestas a usar cualquier medio. Cuando consideras eso, máxime cuando examinas las vilezas cometidas por el otro bando, pues creo que hay que hacer una revisión mayor. Y ahora que él está muerto, pues no sé, quizá sea mejor esperar a que esa revisión la hagan los historiadores dentro de mucho tiempo. Lo que si me arriesgaría a asegurar, sin fundamento porque jamás lo sabremos con certeza, es que él hubiese respondido por esta crisis, es decir, él habría asumido su responsabilidad y actuado en consecuencia.

¿Y cuál sería la visión económica de Chávez?

No te puedo decir con certitud que la conocí, pero sin problema puedo expresarte mi interpretación con base a los hechos.

En primer lugar, no se puede entender el pensamiento económico de Chávez sin primero plantear algunos comentarios sobre el capitalismo global. A pesar la extinta Unión Soviética, el modelo económico del siglo XX y del presente es el capitalismo. En unos 200, 300 años los libros de historia lo referenciarán como por ejemplo ahora lo hacen con el mercantilismo, feudalismo, etc. Ahora bien, y esta es la parte difícil: el capitalismo no es sostenible globalmente; entiéndase, es imposible que el planeta entero tenga un nivel de vida como el de la Europa occidental. Hay muchas indicaciones de ello mostradas por las crisis que han estallado en los últimos años. Pero para mí la variable que nos permite aprehender mejor la insustentabilidad del capitalismo es el consumo de energía. Los que hoy llamamos “países desarrollados” lo hicieron y lo hacen a expensas de un consumo energético de tal magnitud que si hoy repartes globalmente todas las reservas petroleras, entonces no sólo agotas el petróleo, lo que lo hace de inmediato insostenible, sino que no alcanza para obtener el nivel de vida deseado. Saca bien las cuentas con base al consumo petrolero delos países desarrollados y lo verás. No alcanza.

De manera un tanto simplista, hoy podemos clasificar los países en desarrollados y no desarrollados. Aunque esta clasificación no es para mí la más adecuada a la realidad geopolítica, es la que creo me permite mejor explicar el asunto. Así las cosas, la tarea de un político de un país desarrollado es mantener su modo de vida y asegurar su sustento futuro. Por eso vemos atrocidades por el petróleo como las de Iraq, Siria y Libia y también eso explica por qué debemos estar prevenidos con la posibilidad bien plausible de que nuestro país esté en la mira.

En el capitalismo mundial, los países subdesarrollados son tratados como piezas, como insumos o sirvientes de los desarrollados. Por eso el dirigente político de un país subdesarrollado tiene dilemas más fuertes y en cierto modo tareas mucho más difíciles. Muy grosso modo, él tiene dos alternativas. La primera, que tildo de colonialista, es aceptar o resignar su rol de subdesarrollado y con base a eso tratar de mejorar las condiciones de vida de su país. Creo que hay pocos países realmente estables y de alguna manera exitosos en este modelo; se me ocurre en este momento Costa Rica. La segunda alternativa la llamo desarrollista y consiste en orientar la política hacia el desarrollo, es decir, hacia devenir un país desarrollado; hay países que lo han logrado; Corea del Sur es para mí un ejemplo emblemático, quizá Singapur también pueda encajar aquí. Y estos dos países tienen un denominador común bastante peculiar: su desarrollo se llevó a cabo bajo gobiernos autoritarios, lo cual no necesariamente tiene que interpretarse como malo.

Si te casas con el colonialismo, entonces prácticamente resignas que tu cultura en el todo jamás alcance un nivel de vida como el europeo. Pero si te casas con el desarrollismo, entonces no sólo la cosa es más difícil, porque no sólo no está asegurado que alcances el desarrollo a nivel de tus capacidades país, sino que requieres la venia de los países desarrollados, lo cual tiene un precio. Es como sumarse a un club; no es gratuito. Además, si optas por esta vía, entonces tienes que estar dispuesto a explotar y a justificar la explotación de otras culturas.

Ahora imaginemos al Chávez de principios de siglo. Él comenzó por “la tercera vía” de Tony Blair, cual en síntesis pretendía como meterse entre el capitalismo y el socialismo. Muy pronto Chávez se desilusionó. Recuerda que Tony Blair fue uno de los principales artífices de la invasión a Iraq. Por aquí estuvo Aznar ofreciéndonos muy explícita y descaradamente nuestra estrada al club, aunque no como socio principal, sino como una membresía de prueba. ¿Recuerdas el testimonio de Chávez cuándo él le preguntó a Aznar sobre qué sucedería con los demás países? Su respuesta fue: “ellos ya se jodieron”. Bueno, allí tienes un asidero corroboratorio acerca de cómo funciona el mundo.

A todo lo anterior le aúnas el rechazo hacia Chávez de nuestras pseudo oligarquías, que prefieren que seamos una colonia petrolera, y encuentras a un individuo con el fuerte dilema moral de colonizarse o desarrollarse. Yo creo que fue en ese entonces que nació el genio: Chávez inventó su propia tercera vía fuertemente inspirada en las ideas bolivarianas sobre la unión sudamericana. Pero muy importante a señalar es que él fue uno de los primeros políticos que asumió como error aspirar a un nivel de vida desarrollado. Él se percató de que perseguir el modelo de vida consumista sólo alimentaba al capitalismo insostenible; pero además, por su propia raigambre semi-campesina, él supo que para ser feliz no tienes por qué perseguir ese modelo y que una idea de felicidad no tiene por qué atarse al él. O sea, él entendió que una solución justa, humana, sustentable, requería otro modelo de vida, no el actual consumista.

Hay hitos muy importantes de este pensamiento: el entierro del ALCA, el ALBA, UNASUR. No puedes plantear una economía anticolonialista que esté aislada del contexto regional. Así pues, el plan de Chávez consistió internamente en emplear los recursos petroleros y externamente en una política diplomática de unión para tejer un sistema económico americano sustentable. En ese sistema, estábamos destinados en un primer tiempo a ser los proveedores de energía y derivados, pero en condiciones iguales, no como las coloniales. Este fue el plan, como norte o, mejor dicho en palabras de Chávez, como sur. Creo que tuvo avances importantes en externo, pero su instrumentación en lo interno ha fracasado estrepitosamente y para entender eso me remito a los síntomas que enuncié en las preguntas anteriores.

En todo caso fue un gran plan, y quizá aún lo es; no sólo porque era viable materialmente, quizá no geopolíticamente vis-à-vis de los grandes poderes antagonistas, sino porque por primera vez en más de medios siglo aparecía una alternativa al capitalismo contemporáneo y también de del socialismo no realizado del siglo pasado. Hoy por hoy un gobernante, incluso de un país desarrollado, es una veleta en un viento de poderes económicos gobernados por unas poquitas familias. Pero Chávez se desligó y rebeló contra eso, lo cual por supuesto es extremadamente peligroso y quizá fue eso lo que le costó la vida.

¿Usted cree en la hipótesis de asesinato de Chávez?

Personalmente no lo creo, pero ciertamente como proposición me parece razonable considerarlo.

No lo creo porque no tengo ningún indicio de que lo hayan asesinado. Por otra parte, me parece que el ocultar los detalles de su enfermedad no ayuda a forjar una hipótesis seria de asesinato. El cáncer es una enfermedad aún misteriosa y muchas veces mortal. El propio Chávez reconoció el cáncer y haberse descuidado, hay cánceres que matan en poquísimo tiempo y sabemos muy bien que el tipo trabajaba en exceso. Así que en ausencia de evidencia yo no puedo aceptar como válida la creencia del asesinato.

Claro, la posibilidad de que haya sido asesinado es completamente verosímil, aclarando que hay que demostrarla. La historia está repleta de asesinatos políticos, su figura e ideas inspiraban a una buena parte del planeta, era muy peligroso para los intereses de los principales poderes geopolíticos y en añadidura era detestado por otra parte del planeta. Pero de allí a lanzar afirmaciones de asesinato sin sustento objetivo me parece irresponsable.

Resulta curioso que no haya mencionado la guerra económica, ¿qué diría a ese respecto?

Pues a mí no me resulta curioso porque, a pesar de que creo estar bien consciente de ella, creo que la ponderación de acciones que nos condujeron a esta crisis está más dominada por los errores del gobierno que por la guerra económica misma.

¿Y no cree Usted que la guerra económica sea una excusa para ocultar los errores del gobierno?

Por supuesto!, y como narrativa inicialmente caló porque muchas de nuestras malas vivencias, escasez, colas, inflación, etc, suceden también durante guerras con balas; pero de ningún modo se puede negar la existencia de un patrón intención-acción de agresión contra nuestra economía.

¿Cuáles son sus fundamentos para decir que sí hay guerra económica?

Aunque no es directamente mostrativo, en lo sustancial todos los agentes que operaron en el golpe del 2002 y el paro petrolero aún siguen muy activos, y ello sin que haya mediado una solución política. Ya tenemos un conflicto de más de 16 años que no se ha resuelto. Soy de los que piensan que los conflictos en cierta medida son normales en las sociedades, inclusive sanos, siempre y cuando se resuelvan. Creo que en eso estriba mucho del arte político. Ese conflicto que condujo al golpe y al paro petrolero, cual por cierto se remonta antes de la IV república, aún sigue latente y va en camino de hacerse patente. En dirimir ese conflicto creo que fracasó Chávez y para mí la principal causa de su no resolución, por parte de Chávez, es la impunidad.

En cierto modo, una guerra es una consecuencia, quizá última, de un conflicto. Puesto que las condiciones político-sociales del conflicto no han cambiado, así como tampoco en lo fundamental las proporciones de fuerzas, no es para nada extraño que esa guerra aún continúe. Lo que sucede es que la oposición ha aprendido mejor a ocultar las caras e inclusive a infiltrarse; ya no lo hace tan descaradamente como en el 2002.

Y hay evidencias objetivas y concretas. Tenemos a Dolar Today, el cual claramente ha promovido la especulación cambiaria, la cual a su vez a sido un ariete para la inflación. La razón de que a muchos les cueste entender por qué Dolar Today es una amenaza seria es que en nuestro imaginario asumimos que la moneda tiene un valor, pero no es así. Una moneda es una representación de un valor, no es la presencia del valor. Así que por sí misma no vale más allá del coste del papel e impresión; su valor está en la confianza que le den como representación. Por eso la confianza es esencial para una economía y por eso a mí me resulta muy claro que Dolar Today es un acto de guerra contra la economía. Digo todo esto sin desconsiderar el cúmulo de errores monetarios que ha cometido el gobierno, entre los cuales hay que señalar en este momento el ocultar la cifras económicas. Qué imbéciles! no se dan cuenta de que promueven el dólar paralelo.

También hay evidencia sumamente clara de acaparamiento a gran escala, que no se explica como almacenamiento preventivo.

Por último, pero no menos importante, nos encontramos en una situación geopolítica sumamente delicada y estratégica para el modo de vida de occidente. Tenemos la mayor cantidad de reservas petroleras del planeta, y en añadidura, por el proceso que hemos vivido durante los últimos 16 años, somos “emblema” de rebeldía ante ese modo de vida y los medios que éste emplea para mantenerlo. Pongo “emblema” entre comillas porque, a pesar del pensamiento de Chávez, yo creo que en el imaginario de nuestra población impera el alcanzar ese modo de vida, bien sea por la vía desarrollista o la neocolonial. Así las cosas, en los intereses del los países desarrollados, es estratégico aplastar este proceso. Aunque reconozco que el gobierno ha abusado de este discurso hasta falsificarlo, para nada eso deja de ser cierto y la luz de los antecedentes históricos, pero también de otros muy recientes, verbigracias de Libia, Iraq, Siria, etc, me parece muy claro este peligro. Y a este tenor, no dejan de asombrarme algunas cosas. La incredulidad de algunos ante esta posibilidad. Más aterrador: el deseo de algunos conciudadanos por que el desenlace de este proceso sea una intervención extranjera. Esto último me parece muy grave porque indicia que como cultura estamos fuertemente fragmentados y que la posibilidad de una guerra de verdad no es en lo absoluto remota. Para mí, la actitud de complicidad y justificación hacia las guarimbas que le noté a algunos ciudadanos me confirmó que no estamos nada lejos de este escenario.

Así que la guerra económica es una realidad. Pero el que se esté perdiendo se debe más a la negligencia del gobierno que a “méritos” de la oposición, si se les puede llamar así.

¿Cómo evaluarías al presidente Maduro?

Me resulta lamentable decirlo, pero no muy bien.

Pero ¿cuáles serían sus señalamientos?

En cuanto a la forma, veo en el presidente a un pésimo comunicador, quizá ello se deba al abuso del verbo en ausencia de acción y carisma. Nuestra sociedad, como la mayoría de las existentes, construye y depende de una matriz informativa. A ese tenor, Maduro no sólo como persona, sino como emblema del gobierno, ha sido pésimo. Los gazapos y demás menudeces oratorias no son tan graves. Lo grave es que abusa de los anuncios a futuro, lo cual aparte de que por sí es delicado, pues podría anticipar movimientos a sus adversarios, estos anuncios casi nunca se concretan en hechos y, puesto que sin hechos es muy difícil construir una realidad discursiva, pues la única realidad que hemos incorporado es tender a no creerle. En síntesis, ha pulverizado su confianza.

En cuanto al fondo, ¿cómo llegó a eso?. Creo que en lo esencial él mismo lo ha reconocido: no tenía experiencia política. Eso lo resume todo y creo que eso no lo supo ponderar Chávez. Esa falta de experiencia, aparte de haberle propiciado sus errores comunicacionales, le ha impedido reconocer que se ha dejado envolver por 3 grupos internos de poder, que no puedo mencionar explícitamente, que tienen intereses y visiones distintas del gobierno. Me da la impresión de que él no termina de percatarse de eso, lo cual es grave. Pero la consecuencia es que es muy difícil formular, armar y articular sus planes entre esos grupos ejecutivos. Creo que por ello es que casi nunca se concretan sus planes, verbigracias de la ley de precios justos, SITME/SIMADI, cierre fronterizo, captahuellas, OLPs, etc, pseudo planes cuyos resultados en la realidad concreta han sido totalmente opuestos; con el consecuente coste político en más pérdida de confianza.

Si él lograse aprender de sus errores, entonces quizá podría ser un gran presidente, porque aparte de que tiene sus cualidades interesantes, con todo lo defectuoso y cuestionable que pueda ser, él tiene una visión país y un plan para acometerlo. La oposición, al menos la visible, no tiene plan. Pero ahora él tiene al tiempo y la época en su contra.

¿Qué le ve positivo a Maduro?

Aunque creo que está entrampado y seguramente engañado, me parece una persona aferrada a su pensamiento, que no se deja torcer por otros poderes. Podría decir que está equivocado en muchas cosas, pero no puedo dudar de su lealtad al proceso que inició Chávez, lealtad que por cierto podría ser parte del problema, pues el programa de Chávez estaba lejos de ser perfecto. Pero en todo caso esta lealtad me parece digna de resaltar en estos tiempos, porque no lo veo como alguien que al final vaya a quebrarse y abandonar a los demás a su suerte (como lo han hecho otros). Él luchará hasta lo último.

También me parece significativa la clase social que él representa. Él es descendiente de la clase campesina que fue desterrada del campo y forzada a vivir en los suburbios de las grandes ciudades. No sé que tanto él racionaliza este hecho, pero me parece indudable que tiene esta conciencia de clase. Como tal, creo que es un acérrimo defensor de esa clase, lo cual me parece positivo. Creo que es el primer presidente de este país que realmente es representante de esta clase. Otros fueron malinches.

¿Por qué califica de malo al plan del presidente?

Antes que nada porque no es un plan en sí. Lo que llaman el plan de la patria no es de ningún modo un plan. Es más bien una declaración no muy clara de metas a alcanzar disfrazada de objetivos mal formulados, los cuales, bajo una interpretación bondadosa y de buena fe, podrían considerarse grandes lineamientos socialistas. Pero en rigor, el plan es un esperpento porque aparte de que los objetivos no están para nada bien formulados, no contiene directrices instrumentales; es decir, no hay indicaciones acerca de cuales serían los medios para alcanzar los objetivos. Obviamente es imposible que los contenga porque en realidad no hay objetivos.

¿Con cuál de los objetivo no estaría de acuerdo?

Como lineamientos estratégicos, no es que esté en desacuerdo con ellos. Pero repito, los 5 objetivos del plan de la patria son más bien grandes lineamientos políticos o metas, y sin objetivos que expliquen cómo se aspira saber si se alcanzan o no las metas, pues no tiene mucho sentido la cosa.

Un plan no sólo tiene que establecer metas, sino que tiene que establecer objetivos. Entendido por objetivo una descripción narrativa con componentes cualitativos y cuantitativos que describa los sucesos que indiciarían que las metas fueron alcanzadas. Por ejemplo, para el tercer objetivo, el alcanzar el estatus de potencia, ¿qué debería de ocurrir para saber que hemos devenido potencia? En este sentido, uno podría haber establecido enunciados del estilo: una inflación de 1 dígito anual unida con un crecimiento de un tanto por ciento en exportaciones, una reducción porcentual algo por ciento en las importaciones alimentarias básicas. Enunciados como este no sólo son objetivos, sino que te permiten darle seguimiento ejecutivo y político a tus acciones.

La otra gran falencia son directrices instrumentales. No se habla de cuáles son los medios permitidos, preferidos, evadidos y prohibidos. Por ejemplo, puedes decir que el financiamiento externo debe provenir de países aliados, puedes enunciar las condiciones innegociables de cualquier financiamiento. Y así por el estilo.

La ausencia de objetivos es como saber que se desea ir al norte, perdón al sur, pero no sabes dónde está el norte. La ausencia de directrices instrumentales es como no tener brújula.

Así las cosas, la interpretación del plan es muy diversa y vaga y en parte ha servido para que se haya tejido en nuestra sociedad una burguesía con una proporción pequeña desarrollista pero en su mayoría rentista.

¿Qué le recomendaría al presidente?

Hay que separar lo táctico de lo estratégico para dar cuenta de esa pregunta. A esto se antepone una dificultad dada por el hecho de que Maduro está cerca del borde dónde se cruzan estos aspectos. Trataré de explicarme.

Estratégicamente yo le recomendaría tres cosas. La primera es encontrar una manera de que él pueda mirar y pensar sobre el problema país desde afuera; “outside the box” como lo connotan algunas escuelas de pensamiento de sistemas. En ese sentido, lo primero que consideraría es lo que llaman la estrategia de la ausencia, la cual, aunque tradicionalmente su intención es causar extrañeza en los adversarios, en este caso tendría otras ventajas. Para empezar, creo que al país le caería bien descansar de su discurso. Una ausencia mediática del presidente le daría un poco de espacio de maniobra; nota que Maduro ha devenido muy predecible y reactivo; él debe cambiar eso y devenir activo. Finalmente, lo esencial, él necesita suficiente distancia para encontrar otra perspectiva, una mirada distinta que le permita aprehender sus errores para que así deje de cometerlos y pueda planificar autonómicamente, no como da la impresión actual de que escucha planes y decide por ellos. Esa ausencia pasa por distanciarse de sus grupos internos de poder, que él debe identificar y sacar a los incompetentes (que los hay y muchos) y entre los cuales quizá esté su propia esposa. No señalo esto último como objeto de chisme, sino para que se entienda que no es una tarea fácil; requiere valor, fuerza de carácter

Pero a esta primera recomendación se antepone el tiempo. Napoleón decía que se podía sacrificar espacio, pero que no se podía perder tiempo. Y aquí aparece un asunto táctico de envergadura: la posibilidad, no despreciable, de que la oposición logre un referéndum y logre revocarle el mandato o lo pierda; independientemente de que las cuentas den o no para ser revocado, si Maduro pierde el referéndum la crisis se agravará. Creo que él no supo aprender de la derrota electoral en la asamblea nacional y se descuidó, actuó como si ella no hubiese ocurrido.

Así que a la luz de esta posibilidad táctica, Maduro debe seriamente preparar las cosas para una derrota. No me refiero a que eso vaya a ocurrir sino a que debe considerarlo posible y en consecuencia estar preparado. Y en función de esto yo aportaría mis dos restantes recomendaciones, que son excluyentes entre sí.

Mi segunda recomendación es sopesar lo que el mismo Chávez llamaba una retirada estratégica. Eso pasa por asumir que ya es seguro el regreso de la derecha al poder; yo creo que al menos es altamente probable. En ese caso, la racionalidad estratégica apunta a escoger el momento más favorable, aquél que mejor potencie el retorno. Es una alternativa muy dura, pero quizá sea moralmente la mejor. A la luz de la tendencia, me parece plausible esperar que la crisis se agrave. Por esta razón, yo creo que cuánto más tarde la derecha en alcanzar el poder, más licencia y libertad ésta tendrá para imponer su ideología de gobierno. Por el contrario, si la derecha tomase el poder en este momento, entonces creo que ella estaría en tremendo lío, le sería muy difícil gobernar cómo ella quiere, y tendría que pactar con el chavismo para poder gobernar. Por otra parte, sería una manera de poner a prueba al proceso que inició Chávez, de saber qué quedó instituido y evaluarlo. El chavismo tendría una oportunidad seria de purificarse, se descubrirían las verdaderas lealtades y pensamientos. En el mismo sentido, el PSUV como partido podría por fin forjarse, porque jamás ha sido un partido político, nunca ha sido opositor, ni siquiera ahora que se perdió la Asamblea. Por otra parte, si la oposición es la misma que ganó las legislativas, entonces es bastante plausible que vayan a cometer errores graves. Cuánto más temprano se vean estos errores, más fácil es detectarlos y repararlos.

Supongamos que la situación económica mejore, bien sea por la acción interna o porque se recuperen los precios petroleros. En este escenario, ¿sería eso suficiente para ganar el referéndum? Yo creo que no, porque justamente ya estamos en el tiempo y además en la mala época; la izquierda continental ha sufrido derrotas, quizá en parte debido a nuestra crisis. Así que una retirada podría ayudar también a las izquierdas allende, a la unión latinoamericana, quizá a la española.

En la retirada estratégica yo estoy asumiendo que Maduro ya no tiene ninguna posibilidad electoral para el 2018. Eso me parece claro, pero si estuviese equivocado, las consideraciones en la retirada siguen siendo válidas.

Ahora bien, ¿cómo se podría materializar una retirada? Eso es “fácil”, si lo hace oportunamente de manera de lograr el efecto sorpresa: una renuncia. Esto conllevaría a unas elecciones presidenciales antes de lo que la oposición se las espera y para las cuales tendría menos tiempo y sería menos fuerte. Si el gobierno las gana, entonces cuando menos se aliviarían las cosas. Si las pierde, entonces ya se estaría en la retirada estratégica. La sorpresa es muy importante a afectos de dominar la acción y dejar de ser reactivo. Y no sólo se trata de sorprender a la oposición, sino a las propias fuerzas internas en el gobierno, las cuales, de sospechar esta posibilidad, se aferrarían y tratarían de acorralar a Maduro; tal vez hasta podrían ir más lejos.

Mi tercera recomendación es casi opuesta a la segunda, salvo en el hecho de que también asume que Maduro no tiene ningún chance electoral. Si él asume eso, entonces él puede asumir que no tiene nada que perder y echar el resto en función de que sea bien recordado. En este enfoque, en lugar de escoger el mejor momento, él prepararía al país para defender el legado y reivindicaciones de la revolución. La idea sería un golpe de timón drástico que favorezca la institución de las partes buenas del legado. Esto por supuesto pasa por desmarcarse de sus grupos de poder internos, destituir a todos los incompetentes, quizá a todo el gabinete, armar un plan factible y claro, pero sobre todo, pasa por tener la claridad para identificar a las personas competentes y la valentía para de nombrarlas. También, y esto sería muy difícil, él tendría que identificar las partes malas de la herencia de Chávez y extirparlas. Lamentablemente, para serte honesto, yo creo que instrumentalmente es dificilísimo, principalmente por dos razones. La primera es la enorme fricción que tendría esta alternativa, pues los poderes que tienen envuelto a Maduro no se van a dejar quitar sus prebendas fácilmente. La segunda es que no estoy seguro de que Maduro tenga la capacidad. En lo personal, yo me guío mucho por los resultados y para mí uno de los peores defectos de Maduro, es que no observa los resultados. Por ejemplo, luego del fracaso de la política económica, que es una realidad concreta ¿cómo es posible que Marcos Torres tenga otro ministerio? Eso es una irresponsabilidad y refleja una ignorancia de los resultados (adversos). A la luz de esta crisis, ¿cómo es posible eso de los superministros con varios cargos? ¿cómo puede ser que Merentes aún siga al frente del BCV? Después del fracaso de aquel sacudón del 2014, Maduro no debió pedir que su gabinete pusiese sus cargos a la orden, debió de haberlo destituido en pleno y ya. Hizo lo contrario, los enrocó. Me recuerda un proverbio árabe que reza “la primera vez que me engañas es tu culpa, pero la segunda vez es mi culpa”. Chávez también tenía esa manía y por lo visto Maduro heredó ese estilo, pero él también tenía límites de tolerancia muchos más bajos, cuales yo creo eran función del coste político que les acarreaba. Maduro ha endosado políticamente todas las fallas de sus ministros y éstos aún siguen con poder y licencia para seguir poniendo la torta.

Tú te preguntarás entonces ¿por qué propongo esta alternativa si la encuentro tan difícil? Porque su dificultad está en la personalidad de Maduro, pero no en el entramado de poder. Este gobierno tiene toda la capacidad para resistir hasta el 2018, aún perdiendo el revocatorio, e inclusive aún siendo Maduro efectivamente revocado.

Usted asume que la oposición es de derecha, ¿no será eso algo injusto?

En lo que atañe a las caras visibles sí, es bastante de derecha. Yo creo que eso es innegable a la luz de los hechos.

Por cierto, permíteme plantear que una autentica persona inteligente de izquierda, no puede apoyar seriamente a este gobierno, pero tampoco puede ser cómplice de esta derecha.

Para mí no valen como izquierda aquellos que se voltearon y ahora militan para los intereses de la derecha. Yo creo que se puede ser muy crítico contra el gobierno sin caer a apoyar explícitamente a la derecha. Compara a Teodoro con Domingo Alberto Rangel, ambos detractores del gobierno; pero de la militancia izquierda de Rangel nadie nunca tuvo duda; de Teodoro está claro por su propia acción de gobierno que es de derecha. Y hay movimientos que claramente se han desmarcado del gobierno sin irse a la derecha; Marea Socialista, por ejemplo.

Ahí tienes las imágenes de Capriles, Leopoldo, Maria Corina y combo el 12 de abril de 2002. ¿Que una persona puede recapacitar con el tiempo? Seguro que sí, pero las guarimbas fueron hace dos años. ¿Quién de esos personajes condenó las guarimbas? Ninguno! algunos hasta fueron promotores directos. Seguro que algunos opositores han recapacitado y ahora son más conscientes, pero los hechos recientes muestran claramente que éstos no. Y bueno, acontece que esas son las caras de la oposición, quiénes harían un gobierno opositor.

¿Cuál opinión le merece Capriles?

Capriles es hijo directo de la política arreglada por las familias de poder. Su padre compró su curul como diputado por el Zulia en las elecciones del 98, y no recuerdo alguna vez haberle notado acento zuliano. Lo viste como alcalde en el golpe del 2002 saltando escaleras hacia una embajada a la cual le habían cortado sus servicios básicos y les habían destruido algunos bienes. Cuando le escuché sus argumentos hacia el embajador para pedir que se revisase la embajada me percaté de que, aunque con un título de abogado, este tipo no comprendía mucho de derecho ni de derechos.

Es un individuo muy peligroso porque no es autónomo. Él sigue líneas de terceros de la burguesía rentista que lo han preparado para ser presidente. Con el tiempo ha aprendido a ser mejor político, pero no lo suficiente. Hay que ser realmente torpe para haber dilapidado su logro electoral del 13 de abril de 2013 con aquellos comportamientos y declaraciones. En ese momento para mí quedó claro que el tipo es un imbécil político porque, a pesar de los resultados cuantitativos ligeramente desfavorables, el verdadero ganador de aquella elección fue él. Con aquel logro él habría podido adjudicarse el liderazgo total de la oposición. Pero esa misma noche comenzó a diluirlo.

¿Y sobre Leopoldo López?

Es mucho más inteligente y preparado que Capriles, y además lo supera en carisma. También creo que es más autónomo. Pero aparte de que está asociado a la burguesía rentista, es el más fascista de los de su grupo. Y a su grupo ha de reconocércele una habilidad de cabildeo impresionante, hasta tal punto que a pesar de su talante fascista, ha recibido espaldarazos de personalidades de izquierda y hasta de la internacional socialista (que no es socialista, claro).

¿Y no lo considera un preso político?

No. Parafraseando a Chávez, él el un político que está preso por delitos específicos, juzgados y sentenciados.

Pero, aparte de que en torno a su juicio hay muchos cuestionamientos, ¿no cree que en lo esencial se le juzga por opinar?

Creo que en lo esencial a él se le sentenció por las consecuencias que acarrearon sus palabras, el contexto y circunstancias en que se pronunciaron. Y aquí debo explayar para entender el contexto que lo hace culpable.

Lo primero que hay que señalar es que el gobierno muy claramente arrasó las elecciones regionales de diciembre de 2013. Esto es sumamente importante destacarlo porque no es lo mismo que un dirigente convoque a una salida en plena campaña electoral a que lo haga un mes después de ser derrotado. Así que políticamente hablando aquella “salida” no podía aludir ninguna clase de democracia. Estaba más que claro que incitaba a un tipo de rebelión.

En segundo lugar, su llamado a la salida se dio un 23 de enero, fecha recordada por ser la de la salida de Pérez Jimenez. Grabaciones y otros documentos evidencian que lo que instigaba no se circunscribía a nada institucional.

En tercer lugar, y yo creo que el gobierno hizo lo correcto, él fue muy clara y explícitamente advertido de que él tendría que afrontar las consecuencias si su convocatoria deparaba en violencia.

En cuarto lugar, ocurrió que en el lugar y tiempo de la convocatoria se desató una ola de violencia que duró un par de meses; y no me parece casualidad que los lugares más violentos eran muy afines políticamente a su partido.

En quinto lugar, él tipo no asumió su responsabilidad; todo lo contrario, se dio a la fuga. En otras latitudes eso es un agravante muy serio que suele agravar la culpa.

Es posible, no lo sé, que en su juicio hayan ocurrido anomalías, pero en lo que a mí concierne y en el balance es completamente culpable y me parece muy bien que pague por eso. Los tipos como él suelen salir impunes y a pesar de que ese es nuestro estado general, no cae mal como mensaje que alguien que lo haya tenido todo, que haya movido un montón de poderes para evadir la justicia, haya sido vencido. Pero es una gran lástima que esto se dé en medio de este clima de descarada impunidad, lo cual lamentable y evidentemente deslegitima su sentencia.

¿Cuál cree usted que será el derrotero de esta situación?

Creo que ya es inevitable que la derecha alcance el poder a más tardar en el 2019. Pero si nuestra economía cotidiana continúa como va, podrían aparecer escenarios que finalmente desestabilicen al gobierno y lo fuercen a dimitir.

Independientemente de cómo y cuándo, es seguro que serán tiempos peligrosos para todos. Yo distingo el peligro desde cuatro perspectivas. La primera es la actitud tradicional de la derecha, la cual nunca ha cambiado y te aseguro que sin importar la manera en que acceda al poder, ella no esperará nada para tomar medidas muy dolorosas. Allí tienes el ejemplo de Macri en Argentina y hoy, justamente, estamos viendo como Temer en Brasil, con no más del 2 % de aprobación, disuelve ministerios y pone un gabinete marcadamente de derecha, sin mujeres y sin afrodescendientes, pasando por encima de unos 54 millones de personas que eligieron a Dilma. Me da un poco de risa con nuestra clase media que hoy se alegra por lo de Brasil; pobres! no saben que la mayoría de ellos van hacia el matadero. Pero al menos en Argentina y Brasil ya existen inercias económico-productivas que permiten y dan espacio de maniobra a recetas económicas liberales; aquí no, y esa es la tragedia de nuestras escuelas de economía que creen que la lectura del país se hace con métodos de escuela allende, no!. Somos un país absolutamente rentista, no sólo en lo económico, sino en lo cultural; la mayoría de nuestros economistas no entienden eso y siguen pensando en recetas de mundos que no son rentistas. A esto hay que aunarle algo peor: más allá de recetas mejicanas, chilenas, etc, que repito, no aplican a economías rentistas, la oposición no tiene un plan concreto. Sé honesta y examina las propuestas de la actual asamblea nacional. ¿qué es lo que proponen? Nada en lo sustancial! Cuando hablas con un diputado opositor éste te sale con una ley de amnistía o mucho peor, pregunta por la partida de nacimiento de Maduro. ¿De verdad, seriamente hablando, crees que esas posturas contribuyen algo? Por eso es fácil anticipar que las medidas económicas de la oposición vendrán de afuera y serán de corte neoliberal; ellos no tienen ideas, mucho menos planes.

La segunda perspectiva será la represalia política directa. Hay que reconocer que nuestra oposición en la Asamblea Nacional ha jugado un papel pésimo, pero yo creo que eso no justifica que el gobierno haya desaprovechado esa oportunidad para establecer puentes de diálogo. Más bien ha hecho todo lo contrario, ha aislado a la asamblea. Cuando estos opositores tengan poder, irán contra los que hoy están en el gobierno y con todo, y podrán darle aires de legitimidad a sus venganzas escudándose en las propias acciones que hoy hace el gobierno.

La tercera perspectiva es para mí más inquietante. Durante estos años se ha desvelado y enardecido un fortísimo odio entre clases. Si bien yo creo que eso aplica a todos los bandos, pienso que está más arraigado en la oposición. Imagina una persona que se encuentre entre los 20 y 35 años. Esta persona realmente no conoció la IV República; su única referencia es este gobierno. Piensa en un niño de 10 años por allá en el 2000, 2001, 2002, cuando nuestra economía no estaba tan inestable como hoy, pero viviendo el resentimiento social inducido por los grandes medios de comunicación. Bueno, creo que cuando le derecha se alce con el poder esta persona tenderá a la represalia y, si esta persona tiene responsabilidades, irá por el atropello. Por el otro lado, ¿cómo crees que van a reaccionar las clases que en los recientes años descubrieron la esperanza y un modo de vida distinto (aunque individual) cuando se vean amenazadas? Para mí la gran lección de las guarimbas fue saber que tenemos una caldera social, que perfectamente nos podrían llevar a una guerra.

La intensidad de todo esto dependerá de cuándo y cómo la derecha tome el poder. Cuánto más tarde, mayor libertad ésta tendrá de hacer lo que quiera, pues encontrará una resistencia desgastada y desmoralizada por esta crisis económica. Si lo hace ilegítimamente, cuestión que por su tradición e intención es bastante probable, la polarización, que actualmente es bastante alta, se exacerbará.

Por estas consideraciones es en que yo insisto en la idea de retirada estratégica; no sólo como la mejor manera de mitigar el daño político, de recuperarse y de quitarle espacio a la derecha, sino en el balance como lo mejor que se me ocurre en este momento para aliviar las cosas. De todos modos, hay que observar lo que sucederá en Brasil en los próximos meses; ese será un marco de referencia para nosotros.

Pero Independientemente del modo, a mediano plazo, no más de 5 años, el chavismo regresará al poder. La única manera que tiene la derecha para instaurar un gobierno afín a sus ideologías es que apele a modos autoritarios y represivos y aquí está mi cuarta perspectiva de peligro, la cual podría escalar hasta una guerra civil o una intervención extranjera. Para anular este peligro, el chavismo debe ser muy astuto, saber contener y hasta ocultar sus fuerzas, saber negociar su “capacidad de fuego” sin llegar a usarla. Creo que ese será el principal desafío del chavismo cuando sea opositor.

¿No cree que el gobierno sea capaz de recuperar la economía?

No lo creo. No sólo al gobierno se le acabó la imaginación, el liderazgo, la autoridad, el poder de ejecución, sino que también se le acabó el tiempo.

Cuando menos se requieren 1 año para estabilizar la economía y dos para comenzar a recuperarla y todo ello asumiendo cambios estructurales y ejecutivos de los cuales no le veo al gobierno ninguna intención de emprender. El gobierno, y creo que Maduro es el principal responsable, está atrapado en un modelo económico inviable, que otrora fue posible ilusionarlo por la renta petrolera. Y es asombroso ver la negación del gobierno al rentismo. Ahora hablan de que hay que superar el rentismo, pero en todas sus acciones lo están reafirmando.

¿Cómo es eso de reafirmar el rentismo?

Bueno por un lado siguen promoviendo la idea de que el estado debe solucionar todos tus problemas y con ello el clientelismo. La cultura clientelar es resultante del rentismo. Yo veo con mucha preocupación esto de los clap, Si estuviésemos en un contexto de cataclismo, esa sería una medida esencial, contingente, con fecha de caducidad claro; pero no sólo sospecho que su pretensión es sostener unas cuantas prebendas a la vez de ganar algo de oxígeno electoral, sino que no tienen un plan para instituirla, lo cual obviamente no es posible.

Vemos esto del racionamiento eléctrico y el no laborar en la administración pública para ahorrar energía. Sin embargo, la proporción de consumo residencia es de 60 %, razón por la cual yo no estaría seguro de que desplazar un consumidor productivo a su residencia vaya a redundar en mayor ahorro. Así que me parece más plausible interpretar esto como una especie de compensación: tenemos crisis eléctrica, pero te dejo trabajar menos por el mismo salario.

Pero además, siento que el gobierno está jugando a una de sacrificar el fin por los medios y eso suele pagarse muy caro. Mira esto del arco minero. No hay algo más emblemático del rentismo colonial que la minería; fíjate que hasta la llamada teoría española del valor viene de allí. Pero entonces, ¿no es una contradicción monumental lo del arco minero? Si eso le sumas esta crisis eléctrica causada por la sequía y el hecho de que la minería agravaría las sequías, pues eso huele a desesperación, a tratar de obtener divisas como sea para mantener el modelo. Obviamente eso no es sostenible.

¿Sigue Usted apoyando al gobierno?

Lo apoyo en su sensibilidad hacia las clases más desfavorecidas, a pesar de la extrema demagogia en que ya están cayendo y del conocimiento que siento de que esa sensibilidad no evitará que regrese la derecha. Para mí está claro que las clases bajas, incluida la media asalariada, estarán mejor con este gobierno que con uno de derecha; mientras que las clases altas definitivamente estarán mejor con la derecha. Bajo esa óptica, yo no puedo negar simpatizar con este gobierno, pero hasta allí. En los resultados concretos no puedo estar de acuerdo con él, lo cual me parece muy lamentable, pues yo creo en el proyecto de Chávez.

En su opinión, ¿qué es lo más deseable que suceda?

En términos realistas, tratando de aislar el dominio de lo que uno desea, creo que lo mejor es que el gobierno encuentre una manera de soltar el poder, de mostrar que no está usando el poder para aferrarse a él, de arriesgarse a la derrota y de eventual y posiblemente aprender de ella. Soltar no necesariamente implica cederlo; quizá hasta sea lo contrario, una manera de mostrarlo. ¿Qué haría la oposición si en este momento le entregasen el gobierno? Yo creo que no mucho, pero creo que la tendrían muy difícil. Pensando en todo esto es que yo prefiero lo que ya connoté como retirada estratégica. Pero si ello no sucede, y de hecho no lo creo muy probable, pues deseo que lleguemos al referéndum y éste se lleve a cabo. Creo que el gobierno lo perderá, mas no estoy seguro si será suficiente para revocar al presidente. En ese entonces, Maduro o quién esté de vice-presidente debe asumir la derrota y preparar al país para un cambio de gobierno en las condiciones más justas y pacíficas.

¿Y qué cree que realmente sucederá?

Lo más probable es que se efectúe el referéndum. En términos realistas, este se hará el año que viene. No veo posibilidad de que el gobierno lo gane. Se revoque o no al presidente, espero que luego del referéndum el gobierno al fin aprehenda que es derrotable y prepare al país para un cambio de gobierno. Si no lo hace, todo será peor. Pero como ya te lo dije, la derecha volverá.

Hay otros escenarios que hasta hace poco eran pensables y que ya no los veo muy probables. Uno primero es que la oposición ejerza su tradicional violencia. Si se da, ocurrirá después del referéndum y sería un error, pues le restaría legitimidad a un posible gobierno de su parte. Violencia por parte del chavismo es menos probable, pero no debemos olvidar dos aristas. La primera es la militar, que ha sido contenida desde hace dos años. Por un lado hay militares chavistas que ven en el gobierno una negación del proyecto chavista y que han pensado derrocar a Maduro. Eso fue una posibilidad real hasta hace un año y creo que aún sigue latente; pero aparte de su obvia delicadeza, el panorama geopolítico no favorece esta alternativa. Por otra parte hay militares con enormes prebendas que podrían engorilarse cuando las vean amenazadas.

La segunda arista proviene de las bases populares, y no hay que olvidar que algunas están armadas.

¿Votaría contra Maduro en un referéndum?

No, me abstendría.

Para finalizar, ¿qué le recomendaría al ciudadano de su clase?

Yo le recomendaría dos cosas: respeto a la individualidad del otro y optimismo.

Para mí una de las lecciones de las experiencias socialistas del siglo XX es que no puedes sacrificar la individualidad, pues cuando se hace se acaba el disenso, que es una condición esencial para la renovación. Afortunadamente, en estos años nunca se puso en peligro la individualidad, pero ello no aleja los riesgos de perderla.

Y a esto apunta mi recomendación: a no obrar de algún modo en que se atente contra la individualidad del otro. Seas del bando que seas, estás en tu derecho de pensar en ti mismo y tus prójimos. No se construye un país emigrando, pero respeto a quién lo desee hacer y en general a quién busque alternativas legítimas para vivir como quiera. Pero no culpes a individuos de tu entorno que apoyaron a un bando u otro por las situaciones de la IV o V Repúblicas, por las decisiones que tomaste o dejaste de tomar; es una estupidez que aumenta tu resentimiento y que de ningún modo cambiará las cosas.

Y mi segunda recomendación es el optimismo. La historia no termina con ninguno de nosotros. El optimismo es muy importante para poder considerar estos tiempos como un aprendizaje cultural. Si te vas por el pesimismo, lo canalizarás con amargura, resentimiento y hasta odio; pero por la vía del optimismo siempre verás oportunidades y en eso estriba gran parte del sabor de la vida.


This document was translated from LATEX by HEVEA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario